CARMEN GOMES INC. "DON'T YOU CRY"
Cómo un álbum de jazz se convirtió en mi protesta silenciosa contra una guerra atroz
Si no quiere leer, esta es la columna en mi propia voz. No leo como lo haría un locutor, me equivoco en ocasiones, pero soy yo mismo, no una voz clonada con inteligencia artificial (puede escucharse cómodamente a 1.5 de velocidad).
He notado que últimamente solo escribo sobre música.
Eso no me parece del todo mal, pero no crean que es el único tema en el que pienso. De hecho, la música es el lugar donde busco refugio cuando me duele el mundo. Mi vida está rodeada de música todo el tiempo, pero cuando me siento agobiado por algo, me sumerjo en ella como si fuese un avestruz, que oculta la cabeza para no ver el mundo, ni interactuar con él.
Llevo meses dándole vueltas en mi cabeza a los conflictos armados en los cuales está inmerso el mundo hoy. No es uno solo, son varios, todos horribles.
He esbozado, alguna entrada al respecto, en especial sobre el genocidio, la limpieza étnica y el régimen de apartheid al cual está sometido el pueblo palestino, bajo la mirada indolente del resto del mundo
He pensado, incluso he esbozado, alguna entrada al respecto, en especial sobre el genocidio, la limpieza étnica y el régimen de apartheid al cual está sometido el pueblo palestino, bajo la mirada indolente del resto del mundo. De hecho, he leído todo lo que ha caído en mis manos sobre el tema, tengo la fortuna de contar con la amistad de personas muy conocedoras del asunto, he colaborado con ellos, así sea en forma mínima, con algunas ilustraciones (generadas con IA) para sus columnas de opinión, y dándole una mirada a uno que otro texto sobre la causa palestina, que hoy se encuentra publicado. Pero no logro escribir nada concreto. Debe ser la tristeza que siento, causada por una enorme cantidad de seres humanos incapaces de empatizar con el dolor ajeno.
He visto la reacción de muchas personas públicas de mi país con respecto a esta guerra, en extremo asimétrica, pero guerra, al fin y al cabo. Pocos son capaces de llamar genocidio al genocidio, y muchos con los que intento conversar empiezan por decir cosas como que "respetan el derecho de existir del Estado de Israel", y que "condenan a Hamás por sus actos terroristas".
Pocos son capaces de llamar genocidio al genocidio
No me tomo el trabajo de argumentar que eso de "respaldar la existencia del Estado de Israel" es una forma de secundar al sionismo, un proyecto secular esbozado hace poco más de un siglo, que se empeña en establecer "un estado judío solo para judíos", en el territorio de la antigua Palestina, para lo cual se hace necesario expulsar de la región a quienes no sean judíos, o a quienes no estén de acuerdo con el proyecto político del sionismo. Si las personas no se dejan expulsar, bueno, para eso están el fósforo blanco y las bombas. Ese es el llamado "derecho a existir del Estado de Israel": un proyecto colonial, expansionista y atroz. Los que sí tienen derecho a existir son los judíos, ¡por supuesto!, pero no es lo mismo hablar de unas personas que profesan una religión, que de un proyecto político colonial que se está ejecutando en nuestra cara, con una violencia inenarrable, sin el más mínimo pudor. Lo crean o no, hay personas que consideran que oponerse al proyecto sionista es ser antisemita. Si usted es de esos, si a eso se levantó, bien pueda vuélvase a acostar, y pare de leer, que está en el lugar equivocado, perdiendo su tiempo.
Los que sí tienen derecho a existir son los judíos, ¡por supuesto!, pero no es lo mismo hablar de unas personas que profesan una religión, que de un proyecto político colonial que se está ejecutando en nuestra cara…
Tampoco me tomo el trabajo de explicarle a tanto sionista criollo, que ni sabe que lo es, que la ONU consagra en sus normas el derecho de los pueblos invadidos a la resistencia armada, como Ucrania, que se defiende de la invasión de Rusia. No vale la pena, cuando veo que alguien argumenta que asesinó en "defensa propia" al dueño de la casa que él mismo está robando, porque intentó defender su propiedad. No tiene sentido. La estulticia no se contraargumenta. Es perder el tiempo decirles a estas personas que los movimientos de resistencia a una ocupación, como Hamás, son legítimos a la luz del derecho internacional. No tiene sentido explicar que tienen derecho a usar las armas para intentar expulsar al invasor, porque no lo entienden. Eso sí: si alguien del pueblo invadido, durante un acto de defensa legítima, comete un crimen de guerra, debe ser juzgado por las autoridades a las que les corresponda estudiar ese tipo de violaciones del Derecho Internacional Humanitario, que entiendo, es el marco normativo que regula las guerras.
Me tranquilizó un poco saber que el 5 de julio se llevó a cabo en Bogotá un evento musical denominado "Concierto de la Esperanza: Latinoamérica Solidaria", con el objetivo de generar consciencia y solidaridad con el pueblo palestino. En alguna de mis redes sociales me topé con esta fotografía de la fachada del Congreso. Le envío desde acá mi saludo al autor.
Pero, como les dije, no he sido capaz de escribir nada coherente sobre las desgracias que hoy acosan al mundo. Lo único que puedo hacer, y recomendar, es refugiarse en la música.
Lo único que puedo hacer, y recomendar, es refugiarse en la música
Y hoy me he refugiado en el álbum "Don’t You Cry" de una banda que se llama Carmen Gomes Inc.
Como casi siempre suelo hacer, le pedí a Midjourney V6 que me ayudara con una imagen alusiva a este álbum. Me gustaron mucho estas tres, y por eso las comparto con ustedes:
Como entenderán más abajo, cuando les muestre la carátula del álbum, no dejó de sorprenderme que Midjourney usara la paleta de colores que usó para ilustrar esta producción musical. Eso no hizo parte de mi prompt.
Esta banda, Carmen Gomes Inc., es originaria de los Países Bajos y está activa desde 1993. Es liderada por la vocalista Carmen Gomes, conocida por un estilo que fusiona elementos de blues, jazz y soul. La banda incluye a Folker Tettero en la guitarra, Peter Bjørnild en el contrabajo y Bert Kamsteeg en la batería. Cuando tocan juntos, estos músicos logran un sonido muy especial, lleno de matices. Carmen Gomes, la vocalista de la banda, tiene una voz bellísima y una capacidad muy especial para conectar emocionalmente con las canciones que interpreta, por lo que es a veces comparada con las grandes cantantes del blues y del jazz. Esta mujer también escribe la mayoría de las letras y la música del grupo.
Carmen Gomes, la vocalista de la banda, tiene una voz bellísima y una capacidad muy especial para conectar emocionalmente con las canciones que interpreta
Carmen Gomes Inc. ha ganado varios premios y ha tocado en algunos de los festivales de jazz más importantes del mundo. Hace un tiempo escuché con cuidado dos de los álbumes del grupo: “Little Blue” (Qobuz FLAC, 44.1 kHz, 16 bits) y “Ray”, hecho a manera de tributo a Ray Charles, quien fue pionero en el género de la música soul durante la década de 1950, al combinar los estilos rhythm and blues, gospel y blues. Este trabajo lo tengo local, en DSD.
Varias de las canciones de este álbum son muy especiales: “Georgia on My Mind”, “CC Rider”, “Drown in My Own Tears” y “The Sun is Gonna Shine Again”. En esta última están solo la voz y el contrabajo, en una combinación mágica.
Arriba les dejé el enlace a la página web de Carmen Gomes Inc. En la pestaña "Fotos" hay varias imágenes de la vocalista y de los otros tres músicos.
Como se habrán dado cuenta, "Don’t You Cry" no es el primer álbum que escucho de esta banda, sin embargo, es uno muy especial. Por algo fue catalogado como el álbum del año 2019 en NativeDSD.
Por algo fue catalogado como el álbum del año 2019 en NativeDSD
Inicialmente escuché una muy buena versión que tiene Qobuz en Hi-Res, 96 kHz y 24 bits, sin embargo, me hice a la versión DSD 256, que ahora reposa en mi librería local. Realmente el álbum lo amerita.
Este trabajo, del 2019, es notable por dos razones: 1. Por lo auténtico y maravilloso de la interpretación, y 2. Porque pusieron mucho cuidado en la calidad del sonido que grabaron.
El álbum consta de 11 pistas con una duración total de 55 minutos y 43 segundos. Las canciones incluyen clásicos como "Unchain My Heart," "Summertime," y "Don't Let Me Be Misunderstood", canciones de una belleza sin igual, aunque, la verdad sea dicha, a mí todo el álbum me parece maravilloso.
Una particularidad notable de este álbum es que se grabó utilizando un solo micrófono, el Josephson C700S. Esta técnica tiene como objetivo capturar la esencia y la atmósfera de una presentación, logrando que el oyente sienta que está en la misma sala que los músicos. Tengo que decir que, tanto la versión de Qobuz como la que tengo en DSD permiten este tipo de experiencia musical única. En cualquier caso, usar un solo micrófono (estéreo, por supuesto) plantea un desafío único en la mezcla y el balance de los instrumentos, y exige tener mucho cuidado al colocar a los músicos alrededor del micrófono. Sobra decir que hicieron un trabajo fantástico.
El micrófono C700S es conocido por su capacidad de capturar una imagen sonora tridimensional con una precisión impresionante. Este dispositivo utiliza una configuración de cápsulas que permite grabar en estéreo y, de hecho, es capaz de captar sonido en varios patrones polares, ya sea omnidireccional, en figura de ocho o cardioide. Esto lo hace ideal para diversas aplicaciones de grabación.
En la industria de la grabación, el Josephson C700S, que cuesta cerca de 8.500 dólares, es muy apreciado por su claridad y capacidad para ofrecer una representación fiel del espacio acústico, lo que resulta fundamental en grabaciones donde la calidad del sonido y la fidelidad de la imagen sonora son esenciales. "Don’t You Cry" es uno de esos casos.
La mayoría de las canciones fueron grabadas en la primera toma, lo que agrega autenticidad y espontaneidad al álbum.
Este trabajo es una delicia de experiencia musical. Ha sido muy bien recibido por melómanos y audiófilos pues, como corresponde, no se ahorraron esfuerzos, ni musicales ni técnicos.
Un bello refugio para una tarde triste.